lunes, 25 de enero de 2010

4 de julio en la frontera

Por Mario Andrés Aquino López

Me acerqué a pie al puente internacional entre México y los Estados Unidos, un gran camión lleno de infantes de marina armados estaban estacionados en el camellón de entrada a México, dispersos por el lugar vigilaban con el arma lista los marinos mexicanos.

Crucé con calma y al llegar al lado americano un grupo de policías despejaban la calle de autos estacionados, los que retiraban con grúas, pronto estuvo limpia la calle y cinco motociclistas de la policía abrían el desfile, tras ellos una persona que portaban la bandera escoltada por uniformados de diversas corporaciones de seguridad, a las orillas iban dos soldados con uniformes antiguos y carabinas de colección pero aún útiles.

Atrás veteranos de las guerras recientes y en camión los veteranos de las guerras extranjeras, el público los aplaudía y saludaba desde las aceras.

Me llamó la atención la presencia de un político al que aplaudieron y saludaron, caminaba delante de los camiones del distrito cuatro y, bueno, como mexicano no estoy muy acostumbrado a que espontáneamente aplaudan a los políticos.

Niños de algunos cuatro años haciendo piruetas, explican por qué en los Juegos Olímpicos los Estados Unidos se llevan las medallas de gimnasia, empiezan temprano, los apoyan y los entrenan intensivamente.

Jóvenes realizando gimnasia sobre paralelas móviles, motociclistas en modernas máquinas, estudiantes, decenas de personas desfilando, y creo lo más importante, todos ellos con el orgullo nacional a flor de piel.

Podré estar o no de acuerdo con la política internacional de los Estados Unidos, pero no puedo dejar de sentir simpatía por un pueblo que muestra su aspecto multirracial, un pueblo de gente generosa y ruda que se propuso asentarse en un lugar inhóspito al que transformó, y que además ha tenido la virtud de tomar a los mejores hombres y mujeres de todo el mundo y los ha hecho sus ciudadanos.

Claro que en ese proceso han entrado gente no muy recomendable pero todo tiene un precio.

¿Qué se le pueden señalar grandes errores?

Claro que sí, pero eso no opaca sus grandes virtudes.

A los pocos minutos de permanecer en los Estados Unidos, regresé a México donde me recibieron decenas de infantes de marina mexicanos que custodiaban el puente como si esperaran una invasión.

A propósito, recordé que ese lugar, el puente “Nuevo” entre Matamoros, Tamaulipas y Brownsville, Texas, ni siquiera era un límite entre dos naciones, ya que el gobierno de EE.UU. desconoció los tratados internacionales en los que se establecía que el límite de la frontera sur de Texas era el río Nueces. El presidente Polk entonces ordenó al general Zachary Taylor establecer tropas entre los dos ríos. Taylor cruzo el río Nueces, violando abiertamente el tratado internacional sobre la frontera de esta «nueva nación tejana».

El General Ampudia —quien era el encargado de detener a estos invasores (quienes estaban en territorio de Tamaulipas y no en Estados Unidos) — le envió una carta intimándole que deshiciera su fuerte y se retirara hasta más allá del río Nueces. Como respuesta, Taylor marchó más al sur, hasta el río Bravo, donde comenzó a construir el fuerte Brown que ahora es la pequeña ciudad de Brownsville. Que es donde me encontraba.

La pelea inició el 24 de abril de 1846 en un lugar llamado Carricitos, que se encuentra en el territorio mexicano de Tamaulipas. La caballería mexicana capturó una de las unidades cerca del río Bravo, degollándolos a todos (excepto a dos sobrevivientes, que escaparon). Cabe decir que esto le dio pesadillas a Taylor y sus hombres de lo que le podría pasar si caía en manos mexicanas: le cortarían la cabeza y la freirían en aceite por haber invadido México, tal era la reputación del general Ampudia (generado quizá por el mito azteca).

Esto le dio al presidente Polk su pretexto ideal y solicitó una declaración de guerra, iniciando su discurso con estas palabras "Sangre estadounidense ha sido derramada en suelo estadounidense..." [American blood has been shed on American soil] lo cual ni siquiera era cierto ya que los invasores estadounidense se encontraban en territorio de Tamaulipas, dentro de México. El congreso de EE.UU. declaró la guerra el 13 de mayo de 1846. Taylor inició su avance aun sin haber recibido la noticia de la declaración de guerra formal entre los dos países y así inició la batalla en Palo Alto y en Resaca de la Palma. Los estadounidenses norteños y los whigs (republicanos) generalmente se opusieron a la guerra mientras que los sureños esclavistas y los demócratas procedieron a otorgar su apoyo. México declaró la guerra diez días después, el 23 de mayo de 1846.

México no estaba ni esta, preparado para una guerra. El país se encontraba en la ruina económica, política y social. El ejército no estaba equipadoni los jefes estaban, ni están, preparados para defender al país, carecían de armas, vestuario, alimentos y espíritu de lucha (el sentimiento de patria prácticamente no existía aún).

Los rifles mexicanos eran de pedernal y pólvora y los cañones eran de corto alcance mientras que los estadounidenses tenían rifles de repetición (revolucionarios en aquella época), obuses (howitzer) y cañones Paxhan de largo alcance.

Por otra parte los soldados mexicanos eran escasamente recompensados y estaban mal alimentados, mientras que los estadounidenses aparte de tener un ejército regular contaban con mercenarios pagados por el gobierno, que recibían propiedades, así como su paga puntual.

Hoy, esos marinos mexicanos, si los Estados Unidos se deciden a invadirnos, tampoco podrían con el ejército más poderoso del planeta, entonces ¿Qué hacen ahí?

La percepción popular es que su presencia es para demostrar la fuerza que el Estado mexicano tiene sobre sus ciudadanos a quienes aplastará si se atreven a rebelarse, éste es el mensaje.

Entretanto, al otro lado del río los estadounidenses festejan el día de su Independencia (1776) con barbacoas y fuegos artificiales, sin recordar que sólo una vez ha sido vulnerado su territorio.

En 1916 Francisco Villa tuvo un atrevimiento que nadie más ha imitado: invadió el territorio de los Estados Unidos de América. Si bien sólo fue una batida efectuada con unos cuantos de sus hombres, aquellos legendarios “Centauros del Norte”, a pesar de haber dejado unos diez enemigos muertos, logró regresar a territorio nacional sin sufrir las represalias que el gobierno del otro lado de la frontera intento aplicarle. Es el único que ha logrado atacar a la otra nación, allanar su territorio y regresar.

Así de tormentosas han sido las relaciones entre ambos países que hoy 4 de julio de 2009, mantienen una aparente paz.

OTRAS IDEAS AL RESPECTO: Militarizada Frontera entre USA y México

En aras de frenar el narcotráfico, la frontera de Estados Unidos con México será reforzada con efectivos militares para asegurar el espacio fronterizo y evitar el paso ilegal de personas.

Así lo anunció la Secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, en una conferencia en la Casa Blanca, quien indicó que la razón fundamental es combatir la violencia que se genera en la zona fronteriza entre los países.

Parte del plan de seguridad es duplicar el número de efectivos federales, estatales, locales y de inteligencia, quienes estarán apostados para vigilar la frontera.

La Secretaria de Seguridad Interior informó también que Estados Unidos se encargará de construir el tramo restante del muro que los divide de México; a lo que la Secretaria de Relaciones Exteriores de México, Patricia Espinosa, respondió que el plan es “congruente con la relación bilateral en el combate al crimen organizado”.

Espinosa informó también que se reunirá con la Secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, este miércoles para discutir a fondo el plan de militarización, así como afinar la planificación del viaje del presidente Obama a México en Abril.