viernes, 2 de julio de 2010

La sangre te ahoga… Calderón (parte II)


Parte II
Por Mario Andrés Aquino López
Desde que ocurrieron los trágicos eventos del 28 de junio de 2010 en que perdiera la vida Rodolfo Torre Cantú, escribí que El 27 de julio de 1894 los miembros de la Convención Francesa le gritaron a Robespierre "Te ahoga la sangre de Dantón”.
Parafraseando lo citado dijimos: “La sangre de Torre Cantú, y de los más de 24,000 inocentes muertos en tu guerra, te ahoga, Calderón”, reiteramos como siempre que el camino de la violencia no es el idóneo en el combate a las drogas.
Aseguramos que cuando cosas como ésta que hemos narrado suceden estamos de frente a un Estado fallido, sin duda alguna.
Pedimos JUSTICIA, con mayúsculas, a pesar de que estamos seguros de que la averiguación de su homicidio va al cajón del olvido.
Parafraseamos a Pericles cuando dijimos que:
Porque discrepamos que en México haya una Democracia, y vemos con tristeza que donde no existe la ambición de participar en esos deberes, considerados inútiles, como el de la honestidad, el de la lealtad, el hecho de obedecer la ley y de soportar el castigo cuando la infringimos, parece inútil y afirmamos que si no somos capaces de juzgar los acontecimientos, tampoco seremos capaces de dirigirlos.
En lugar de considerar a la discusión como una piedra que nos hace tropezar en nuestro camino a la acción, pensamos que es preliminar a cualquier decisión sabia.
La ley garantiza la justicia a todos, el progreso en la vida pública se vuelca en favor de
los que exhiben el prestigio de la capacidad. Las consideraciones de clase no pueden interferir con el mérito.
Aún más, la pobreza, no es óbice para el ascenso. Si un ciudadano es útil para servir al estado, no debe ser obstáculo la oscuridad de su condición.
Lo que se haga opuesto a la ley, nos cuidamos muy bien de no permitirlo a nosotros mismos, y señalarlo exhibiendo esas miradas críticas que sin duda resultan molestas.
Pero esta liberalidad es parte de la Democracia porque nos educamos en la obediencia de los magistrados y de las leyes.
El estado ofrece aquí una recompensa de valía como guirnalda de victoria para esta raza de bravos, en especial por éste prohombre, recompensándola con un país de valores, de justicia, de democracia y de paz, porque allí donde la recompensa al mérito es máxima, allí se encuentran los mejores ciudadanos.
Hoy que la vox populi infiere que algo tuvo que ver el brazo armado del Presidente de la República y de que el propio Gobernador afirma que “el móvil político no se descarta de entre las líneas de investigación” se confirman nuestras observaciones.
Por otra parte, y muy a pesar de que a algunos le parezca poca cosa la Democracia como para darle importancia, es indispensable que hagamos un homenaje más al caído en esta guerra sucia que estamos sufriendo desde hace meses.
No es creíble la hipótesis de que haya sido el crimen organizado el autor del atentado por tres razones:
1. Dejaría muy claro que los militares en las calles no sirven para cosa buena pues desde que salieron, las cosas han ido empeorando.
2. Sería una prueba de que el crimen organizado es más fuerte que las fuerzas armadas y todo el Estado Mexicano, lo cual es inconcebible e inaceptable.
3. No había una sola razón para creer que Rodolfo Torre Cantú hubiese sido un obstáculo para el crimen organizado, pues un Gobernador no tiene el poder que la Presidencia de la República, la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de la Defensa Nacional, la de Seguridad Pública y la de Marina, todas juntas, que se supone están luchando contra ellos y que han fallado hasta el momento.
Es justo y necesario decir que un hombre bueno no ha muerto en vano y aún cuando las investigaciones no hayan llevado aunque sea a una pista, y que todo advierte que el crimen va a quedar impune, los que lo conocimos, que compartimos con él ideología, sueños, profesión y vocación de servicio, estamos indignados y no permitiremos que se manche su nombre con insinuaciones bastardas.
Lucharemos dentro de los límites de la ley, empezando con el voto, para evitar que esta situación siga creciendo y dañando a más mexicanos, aparte de los 24 mil mexicanos a los que ya les ha costado la vida.
FIN