Por Mario Andrés Aquino López.
En días recientes publicó “Gazeta” una entrevista con el Secretario de Educación de Tamaulipas José Manuel Assad Montelongo, quien con esa candidez y falta de criterio que lo caracteriza dijo:
“…se espera que el edificio de esta nueva universidad (La Salle) quede concluido en este mismo año para que de inmediato inicie las inscripciones y entre en operaciones, a cuyas aulas podrán asistir alumnos de los estados del norte del país.”
La factibilidad de operación de la universidad, aclaró el funcionario, está sustentada en un estudio de mercado que especialistas de La Salle realizaron en la región noreste del país.
“Hicieron un estudio que arrojó que Victoria tiene capacidad para dar ese servicio de estudio y la nueva institución no chocaría con las facultades que ofrecen la carrera de medicina”, dijo Assad.
“Con esto Tamaulipas contaría con una universidad especializada en carreras de la salud, siendo la primera en toda América Latina, a lo que se añade que los especialistas tendrían a su alcance un Hospital de Alta Especialidad para realizar sus prácticas profesionales y salir mejor preparados en diversos rubros de la medicina.”
No debe olvidar el Señor Secretario que sólo los que pagan mucho dinero pueden acceder a la educación de orientación católica y conservadora que imparte La Salle, no obstante que en sus orígenes Juan Bautista de La Salle inició escuelas para los más pobres donde no costaba estudiar, la enseñanza no era en Latín sino en el idioma autóctono (el francés en su caso) y que su filosofía estaba dedicada a difundir la educación entre los más pobres, la Salle actualmente es dueña de las Universidad La Salle en el D.F., Universidad La Salle Cancún, Universidad La Salle Guadalajara, Universidad La Salle Morelia, Universidad La Salle Pachuca, Universidad La Salle Noroeste, Universidad del Bajío, Universidad La Salle Laguna, Universidad La Salle Chihuahua,
Centro de Estudios Superiores La Salle (CESLAS) en Monterrey, Universidad La Salle Benavente,
Universidad La Salle Victoria (que se ubica en Ciudad Victoria Tamaulipas por si lo ignoraba el Secretario), Universidad La Salle Saltillo, Universidad La Salle Nezahualcoyotl, y por supuesto la famosa Ibero que con orgullo cuenta entre sus egresados a Vicente Fox Quesada. Egresado de Administración de Empresas, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos durante el periodo 2000-2006; Josefina Vázquez Mota. Egresada de Economía. Hoy ex Secretaria de Educación Pública; Valentín Diez Morodo, Egresado de Administración de Empresas, Vicepresidente Ejecutivo y Director General de Ventas y Exportaciones de Grupo Modelo; Roxana Velásquez Martínez del Campo. Egresada de la Maestría en Arte, Directora del Museo Nacional de San Carlos; el Presidente de Banamex y otros más.
Además de que en todo Latinoamérica existen Universidades Lasallistas, que no tienen nada de malo, pero cabe preguntar si el güero Assad ¿piensa que el Gobierno Federal y Estatal con recursos públicos, es decir con nuestros impuestos, crearon un gran Hospital de tercer nivel para beneficio de una Universidad Privada que hace mucho se alejó de la filosofía de su fundador?
¿Acaso se le antoja indigno o inmerecido pensar en ofrecer el Hospital a la Universidad Pública Tamaulipeca que es la Universidad Autónoma de Tamaulipas a la cual le regatean abiertamente los recursos?
Claro que la UAT no es un modelo de perfección pero es perfectible y es pública.
Cabe recordar aquí que en Excélsior, Carlos Fernández De Lara publicó “Ciencia sin discursos” donde asegura que: “Mientras Estados Unidos y la administración de Barack Obama miran a la ciencia como un motor de crecimiento del país y un salvavidas frente a fenómenos como la crisis económica, el desempleo y el cambio climático, en México la palabra se mira todavía como un gasto cuya aplicación no va más allá del discurso político…”
Cita a Francisco Javier Castellón, presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado de la República quien afirma que: “para poder elevar la inversión pública y privada en materia de investigación y desarrollo científico y tecnológico en el país, gobierno, academia y sector privado tienen que replantear su discurso político y de buena voluntad por uno de acciones y hechos concretos.”
Hay que recordarle lo que dijo acerca de las Universidades Públicas el escritor y periodista Carlos Monsiváis al recibir el doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad Veracruzana,:
“Forman en un primer nivel a la mayoría de los profesionistas encargados de satisfacer las necesidades de la administración pública y de la sociedad, representan el avance científico y cultural posible en una nación de escasos recursos, la investigación científica sigue siendo patrimonio de las universidades públicas. Forman a las decenas de millones de profesores que demanda la explosión demográfica de la educación media y superior.”
“Reafirman la ampliación del criterio en las ciencias sociales y las humanidades, representan a los ojos de las clases populares y las clases medias, la movilidad al alcance.” Como se lee en el editorial de la Revista Confluencia # 157 editada por ANUIES.
Por su parte, el Subsecretario de Educación Superior, Rodolfo Tuirán Gutiérrez, el día 12 de marzo de 2009 en Ciudad Victoria, Tamaulipas, dijo a la periodista María Jaramillo lo siguiente:
“Más de 600 mil estudiantes de educación superior viven en condiciones de pobreza extrema, por lo que la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha fortalecido su sistema de becas y se han creado más de 125 mil espacios a efecto de que más jóvenes accedan a la educación superior.”
El subsecretario de Educación Superior de la SEP, Rodolfo Tuirán Gutiérrez, dijo que dependiendo de la profundidad de la crisis “se espera que estudiantes abandonen las instituciones de educación privada y por lo tanto se incremente la demanda en las universidades públicas.”
Claro que esto no le gustará a los promotores del Tec de Monterrey, de la Ibero o de La Salle, pero es una realidad, muy pocos privilegiados pueden pagar las colegiaturas y otras cuotas por estudiar y titularse en esas instituciones, y esto no se debe a que no quieran, sino a que económicamente les resulta imposible.
Invitamos al Secretario Assad y a los interesados en el proyecto de la ampliación de “La Salle”, a que lean el Discurso de Luis Donaldo Colosio: “Es la hora de una educación nacionalista y de calidad; es la
hora de una educación para la competencia; es la hora de nuestras escuelas, de nuestros tecnológicos; es la hora de la universidad pública en México; es la hora de la gran infraestructura para la capacitación de todos los mexicanos que quieran progresar.”Lástima que ya no está con nosotros y jamás tuvo la oportunidad de aplicar esa política educativa.
Para las autoridades educativas tamaulipecas tal parece que ha sonado la hora de la iniciativa privada y de la educación elitista, donde todos tenemos que pagar por un enorme hospital de especialidades de tercer nivel para que lo aprovechen los estudiantes de una institución tan elitista como “La Salle”.
¡Qué pena por la Universidad Pública! ¡Qué pena por la educación pública! Pues parece que su hora, no ha sonado, a menos que nos estemos refiriendo a la hora de su muerte.
Hasta la próxima.
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