jueves, 13 de mayo de 2010

No es el camino


Por Mario Andrés Aquino López.

Como es público, el candidato del Partido Acción Nacional a la presidencia municipal de Valle Hermoso, Mario Guajardo Varela, su hijo Mario Guajardo Adame, y uno de sus colaboradores, Fernando Treviño, fueron asesinados.

Ante estos lamentables hechos todos los Partidos y candidatos ofrecieron su pésame y repudiaron el hecho, con justificada razón.

El Partido al que haya pertenecido el hoy fallecido no tiene nada que ver en su homicidio, si como dicen, se trata de un hecho perpetrado por la delincuencia organizada.

Lo realmente lamentable es que ésta situación de violencia se ocasionó, y eso no debemos olvidarlo, a partir de que Calderón ilegalmente optó por el uso del ejército y la violencia, en vez del camino de respeto por la ley, la investigación policial y el juicio justo.

No es, como pretende, una reacción contra “su” lucha contra la delincuencia, porque el crimen organizado ya quedó vacunado contra la violencia castrense.

Hoy, los delincuentes organizados y hasta los que no lo están, han dejado de temerle al ejército, el pueblo ha dejado de respetarlo y los ciudadanos no creemos que tengamos un país de paz con derechos vigentes dado que se violan los más elementales derechos humanos.

Mientras todo eso ocurre, el crimen organizado ni se preocupa, tiene los conocimientos y las armas, tiene el poder real del país, maneja a su antojo las escaramuzas en las que se ve envuelto y se ríe de los militares que molestan a los ciudadanos pero no les tocan un pelo a los asesinos de verdad.

¿Ustedes creen que un grupo de sicarios viaje tranquilamente en un autobús de pasajeros teniendo vehículos blindados y armas poderosas?

Seguramente no circulan por las carreteras normales sino por senderos y brechas bien conocidos por ellos e ignorados por la “inteligencia” militar.

Porque no hay trabajo de investigación, no hay detectives que sepan trabajar, no existen los elementos técnicos para seguirles la pista y comprobarles el delito plenamente, se conforman con ejecutarlos donde los encuentran, y de paso se van inocentes, mujeres, niños, lo que sea.

Todo eso ocurre porque igual de impunes que son los delincuentes, son los militares que no rinden cuentas a nadie más que a sus superiores y por supuesto que no tienen un marco legal ya que desde el principio su actuación fue ilegal.

¿Cómo se atreve el Sr. Calderón a decir que "ante los reprobables hechos, el gobierno federal reitera su compromiso de seguir combatiendo al crimen organizado para construir el México seguro que todos los mexicanos de bien desean"?

Claro que lo deseamos, pero los que pensamos, sabemos que ese, no es el camino.

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