sábado, 24 de octubre de 2009

AUGE Y CAIDA DEL MAGISTERIO EN MÉXICO

Segunda Parte.

Por Mario Andrés Aquino López

En la primera parte de este trabajo dejé establecido que los maestros han dejado de ser tales para convertirse en “trabajadores de la Educación” en tanto que la Educación misma siguiendo este fenómeno se ha convertido de un Derecho en un servicio por el que hay que pagar.

En este sentido, las escuelas privadas toman más en serio su papel porque están prestando un servicio, en tanto, en las escuelas públicas el maestro cree su salario es parte de su conquista sindical y no una paga por su trabajo.

Veamos hoy lo que ocurre en uno de los subsistemas del sistema de Educación, que hasta hace muy poco era una extensión del hogar con maestros amorosos y sensibles: la Educación Preescolar.

A partir del decreto de Vicente Fox este subsistema se convirtió en parte de la Educación Obligatoria, pero no generó inversión en infraestructura, capacitación y formación docente ni incremento en el presupuesto educativo por lo tanto no se convirtió en gratuita, los “Jardines de Niños” tienen 3 grados y cobran por inscripción no obstante que esto esté prohibido por la Constitución.

Los padres de familia pagan por todos los implementos que usan los niños, piden desde toallitas húmedas hasta papel del baño, pasando por jabón, toallas para las manos, etc. Cuando tales implementos ya los pagamos con nuestros impuestos y el gobierno los debería proporcionar.

Nadie sabe a ciencia cierta cómo se maneja el dinero que cobran, al gobierno le exigimos transparencia pero no hay tal en los “Jardines de Niños” y los utensilios sobrantes, como colores, papel, jabón, etc. que le costaron a los padres, nunca se los regresan e ignoramos que destino tienen.

Una actividad que han implementado últimamente algunos Jardines de Niños, como el Jardín de Niños “Fonterizo” que se ubica en la esquina de las calles Herrera y 13 de Matamoros, se llama: “Niños ayudando niños” que como su nombre lo indica tiene el noble propósito de fomentar la solidaridad, el apoyo mutuo, la generosidad y el desprendimiento de quien más tiene a quien menos tiene.

Todo eso está bien si los métodos usados fueran los óptimos, pero en el caso del Jardín de Niños “Fronterizo” el método elegido por los maestros es uno que no les cuesta nada a ellos.

Hacen que los padres e hijos salgan a la calle con un bote a pedir limosna para otros niños menos afortunados.

Aparte de que es indigno enviarlos a pedir limosna, nos preguntamos: ¿Qué lección recibe el niño? En su tierno cerebro se queda la idea de que cuando se tiene una necesidad, sobre todo si es algo urgente, se puede recurrir a la mendicidad.

Para hacerme una idea más clara acudí a un Maestro de educación preescolar que es amigo del que esto escribe, es de nacionalidad norteamericana y trabaja en Brownsville en una Escuela para párvulos.

Dice mi amigo que en su Escuela también se hacen actividades para ayudar a otros menores menos afortunados, pero en este caso las madres e hijos realizan manualidades que luego se ponen a la venta en un Bazar y de ahí se obtienen los recursos que se entregan a una fundación que a su vez entrega un recibo legal y éste va a sus superiores en el Distrito Escolar.

Esas actividades tienen por objeto inculcar en el niño lo siguiente:

1. Si quiere ayudar tiene que hacer un trabajo digno, que pueda comercializar y así ayudar con el producto de su trabajo, muchas veces un dibujo de un menor es muy solicitado.

2. Se les enseña que cuando alguien quiere mostrar su solidaridad o realizar un acto caritativo los recursos que debe usar son los propios o el producto de su trabajo y nunca el de los demás.

Se toma en cuenta, además, que cualquiera que sea la actividad para ese o cualquier otro trabajo, se debe realizar respetando la dignidad del menor y, por supuesto, dejando el mejor mensaje posible en su mente.

Dice mi amigo que si a alguien se le ocurriera sacar a los niños a mendigar, el Departamento del Menor los demandaría ante un Juez y tendrían graves problemas legales, por supuesto que perderían el empleo.

Pero esto es México, y cualquier cosa se vale, hasta enseñar a mendigar a los niños, claro que podrían realizar una actividad, pero eso requeriría un esfuerzo aun cuando fuera mínimo, de los “maestros” o “educadores”, cuestión que no les agrada y para la que no están dispuestos.

Además han ocurrido accidentes en los que los menores salen lesionados y no hay un solo caso en los que la autoridad ministerial o de defensa del menor haya intervenido, salvo casos fatales en los que fallece un niño y aún así no son acusados por negligencia.

Los educadores, en general mujeres, también se han contagiado del virus llamado SNTE.

Concluyo con las siguientes consideraciones que no son mías, sino de la DIRECCIÓN GENERAL DE INVESTIGACIÓN EDUCATIVA de la SET, recogidas durante el PROGRAMA RENOVACIÓN CURRICULAR Y PEDAGÓGICA DE LA EDUCACIÓN PREESCOLAR, denominada DIÁLOGOS SOBRE LA EDUCACIÓN PREESCOLAR (CONCLUSIONES GENERALES: DOCUMENTO DE TRABAJO) realizado en México, D.F., en abril de 2004

Dice el documento que hay: Incoherencia en la planeación estratégica y disfunciones en la cadena operativa del sistema educativo. Falta de articulación entre los niveles de educación básica debido al desconocimiento de los propósitos educativos, especialmente los de preescolar y los de primaria. Falta de coordinación y de organización entre las distintas instancias que operan e influyen en el servicio y al interior de las mismas, lo que ocasiona una excesiva carga administrativa. Carencia de recursos humanos con los que opera el servicio (supervisoras, educadoras y docentes especialistas). No existe una evaluación institucional. Los equipos técnicos no están incorporados a una estructura formal, trabajan bajo comisiones y sus funciones no están claramente definidas.

Carácter vertical y autoritario de la estructura y de la toma de decisiones en el nivel, fomentado por un "matriarcado" o visión estereotipada de las distintas funciones que conforman la estructura. Descoordinación entre funciones, ausencia de metas comunes, irresponsabilidad y desarrollo de una cultura de simulación que dificulta el reconocimiento a las limitaciones y afecta al servicio.

Carencia de una cultura de rendición de cuentas. No existen criterios homogéneos en los programas educativos de las distintas modalidades, subsistemas y entidades. Programas que no responden a la diversidad de necesidades educativas de los contextos sociales.

El Profesorado de Educación Preescolar no cuenta con un perfil de egreso por grado ni establece diferencias de propósitos y contenidos, lo que propicia desarticulación entre los grados, este problema se agrava por la imprecisión en la edad de ingreso y egreso del nivel.

Gestión escolar inadecuada. Inadecuada función directiva. Poco tiempo disponible para la realización de consejos técnicos en jardines unitarios y bidocentes, por su dispersión geográfica. Falta de una cultura de trabajo colectivo.

Saturación de programas colaterales, ocasionado por la imposición de programas, por la falta de organización y por las deficiencias en la calendarización de las acciones. Sobrecarga administrativa por la duplicidad de información o solicitudes extemporáneas, afectando principalmente a educadoras encargadas.

Trabajo administrativo que no apoya el trabajo técnico-pedagógico. Creciente burocratización e injerencia sindical que obstaculiza la funcionalidad del servicio. Apertura indiscriminada de jardines de niños privados, sin regulación, ni supervisión, porque el sistema no tiene la capacidad para cubrir la demanda del servicio. Recursos humanos insuficientes. Número excesivo de planteles a cargo de supervisión o de jefaturas de sector.

Carencia de instrumentos de evaluación que consideren las características de los niños preescolares. Características de organización de los jardines de niños que no satisfacen necesidades de las madres trabajadoras. Por la duración de la jornada y por la escasa integración educativa. Falta de reconocimiento, difusión y proyección de la importancia de la educación preescolar para el desarrollo del niño…

Falta de difusión y proyección de los propósitos del preescolar. Falta de liderazgo académico de la dirección; inadecuada gestión escolar. Falta de habilidades directivas: comunicación efectiva, motivación, manejo de conflictos y creación de ambientes eficaces. Directiva autocrática. Falta de capacitación y actualización para ejercer el cargo, etc. etc. (CONTINUARA)

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