Corre en Internet la versión de que el periódico El Norte, publicó que los alumnos mexicanos habían quedado calificados en pruebas de capacidad académica, en el lugar Núm. 56 (de un total de 63 países), denotando con ello un bajísimo índice de conocimientos, principalmente Matemáticas e Historia.
Dicen que un inspector quiso evaluar en Historia (que era una de las áreas en las que peor habían salido) a un grupo de alumnos; eligió un chico al azar a quien le hizo la siguiente pregunta: ¿Me podrías decir el nombre de la persona que quemó la puerta de la entrada de la Alhóndiga de Granaditas o al menos su apodo?(Como sabemos, una alhóndiga o Pósito define lo que es un almacén de granos; este término, procede del árabe, y respecto a Juan José de los Reyes Martí, alias el Pípila, los mineros le habían apodado así desde muchacho, porque es el nombre que se le da en el bajío al guajolote o pavo doméstico, quizá por las pecas que llenaban su cara dándole el aspecto punteado del plumaje de esas aves.)
Dicen que el Maestro y el Director, dijeron que ignoraban quien había quemado la puerta de la Alhóndiga pero esos chicos no eran, lo cual parece una broma, pero tomando en consideración que los maestros ya no merecen el título como aquellos que sí trabajaban ocho horas con un salario de miseria, debe tomarse como una parábola y un buen ejemplo de lo que puede ser.
Hoy tienen prestaciones, horarios de cuatro horas o menos, canonjías y muchas vacaciones amén de extensos ratos libres por “prestaciones sindicales” o por “movimientos sindicales” a causa de los que toman la calle, y por supuesto no van a clase. Afortunadamente no son todos iguales, pero la mayoría lo son.Hoy su trabajo lo deben hacer las madres, cuando tienen tiempo, los maestros se limitan a dejar extensas tareas y a dar oscuras explicaciones sin un método didáctico eficiente e ignorando la sicología de los niños, de modo que si Don Enrique C. Rébsamen pudiera presenciar una de sus “clases” se volvía a morir de vergüenza.Rébsamen, Maestro Suizo, se quedó en México a invitación de Ignacio Manuel Altamirano para dar un curso a los maestros, cuando fue Director General de Enseñanza Normal en México fue combatido por sus ideas reformadoras por otros profesores que siguiendo una de esas conductas típicas de los mediocres, negaron la nueva enseñanza, ya que adaptó las teorías de Pestalozzi, Herbart y Bencke al sistema educativo mexicano.
Hoy, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) ha impedido cualquier avance en la educación mexicana y ha envilecido al maestro mexicano, es en realidad significativo que se hagan llamar trabajadores de la educación y no Maestros.Los alumnos se superan gracias a sus talentos innatos o a la ayuda de sus madres-maestras mexicanas que a falta de una tradición como la japonesa, tienen un gran deseo de ayudar a sus hijos.
Una madre japonesa cuenta al inicio de las clases, que hay gran stress “las mamás que tienen a sus hijos en la primaria sufren stress pues los niños tienen muchísimas tareas, deberes que hacer, y un día antes, los niños que no han hecho sus tareas se esfuerzan por terminar y las mamás ayudando o quejándose.”“Por suerte mis hijos –narra la madre- terminaron a tiempo, aunque sí tuvieron que hacer unas cuantas para terminar, pero llevaron medio día para preparar el equipaje de las cosas que tienen que llevar al comienzo de la clase…”Relata que “Hay escuelas (privada) que obligan a preparar el trabajo libre con los padres, me comentaba mi amiga que le fue un stress bastante grande... Las obras, se colocan en el pasillo o en la clase y en la reunión de padres que se realizará muy pronto, allí los padres ven los trabajos de los niños.”Afirma: “Ayudando a mis hijos, mi esposo Azulón y yo nos hemos divertido muchísimo, es interesante averiguar y hacer obras con los niños.”
Esto deja claro que la participación de los padres es esencial pero no única, y la tarea de enseñar, si bien es compartida, en su mayoría corresponde al maestro; en Japón, las tradiciones positivas han ayudado mucho, los templos y altares ofrecían cursos gratuitos de lectura, escritura y aritmética para toda la población.Los samurái asistían a sus propias escuelas para aprender dichas disciplinas y clásicos chinos.
Los maestros enseñaban generalmente sin una paga y eran fuertemente respetados.Con estas escuelas semi-públicas como base, fue creado un sistema de educación pública moderno, agregando ideas europeas sobre educación, el cual ha permanecido casi inalterado hasta la actualidad.De modo que los niños japoneses, tienen un sistema de capacitación, muy efectivo: los maestros dictan clase a sus niños frente a otros maestros, y luego de esto se hacen reuniones donde se discuten todos los aspectos buenos y los que hay que mejorar; son realmente verdaderas sesiones de aprendizaje conjunto.
Por otro lado, ejecutan una planificación minuciosa respecto a la interiorización de los conceptos básicos, de tal manera que el maestro prevé con mucho detalle todo lo que ocurrirá en el aula, incluso el material didáctico que se utiliza, así mismo tiene un estudio pormenorizado, en detalle, de tal forma que cuando se dan las clases y las personas observan, lo que realmente se evalúa es ¿cómo están pensando los niños que aprenden?, ¿cómo planificó el maestro que podían darse esos aprendizajes? y ¿cómo en realidad están aprendiendo los niños? Todo este análisis, hace que los niños sean protagonistas del aprendizaje en clase, donde discuten, razonan, concluyen, proponen, etc. el maestro cumple un papel de guía, que interviene solo en determinados momentos.
Se ha debatido mucho sobre hacia donde camina la educación, se ha discutido el planteamiento de la Educación que busca formar una persona crítica, razonadora, capaz de resolver problemas, de manera que el manejo de aula haga que esos niños sean realmente confiados, razonadores, que sustenten sus propios pensamientos; eso me parece que es una parte que puede contribuir a la concreción de la educación.Se precisan cambios ideológicos y transformaciones estructurales profundas, y corresponde a los docentes no reproducir los estereotipos de dominación y dependencia; esto requiere la participación decidida y entregada del maestro que debe dejar a un lado sus “conquistas sindicales” y dedicarse a su papel de Maestro y guía.
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