Por Mario Andrés Aquino López.
Se puede leer mucho acerca de qué es un imperio y su resultante: El Imperialismo, término muy usado durante la guerra fría.
Un imperio (del latín imperium) es el poder de un Estado que domina los territorios de varias naciones, y a cuyo frente está el emperador. Por extensión, "imperio" puede referirse también a la etapa histórica donde un país realizó esta política imperial o bien a la potencia que ejerce el poder imperial. Se ha dado también por extensión el término Imperio a todo Estado que influye sobre la soberanía de otros Estados, no solo aprovechándose de ellos, en el sentido del colonialismo inglés, francés, holandés, etc., o designando sus gobiernos, sino conformándolos según su propia imagen. Así, se interpretaron durante la referida época de la “guerra fría” a los Estados Unidos y a la extinta Unión Soviética como imperios, a pesar de no conquistar físicamente territorios.
Una vez caída la URSS y la mayoría de los regímenes en los que ejercía su influencia, sólo queda el Imperio de los Estados Unidos de América, empeñado en llevar su filosofía, modo de vida, visión de democracia y justicia, a todos los rincones del orbe, y donde la cultura le es adversa por razones históricas, étnicas y de tradición propia del país en cuestión, simplemente lo “rescata” derrocando un gobierno electo democrática y legalmente como el caso de Panamá con Noriega que aún es su prisionero; o bien, cuando no es electo democráticamente según sus parámetros, invade el país y ejecuta a su gobernante como el caso de Irak y el tocayo del hoy presidente de los Estados Unidos Saddam Hussein.
Estudiando los casos de Europa y América, Briseño Guerrero, en 1981, sin proponérselo enunció que los Imperios: "separan lo universal abstracto de lo individual concreto con acento en lo universal abstracto"; en otras palabras pone al individuo en el centro… siempre y cuando se apegue a las abstracciones (leyes o normas de conducta políticas, jurídicas, religiosas, etc.) universales del Imperio o país dominante, si lo hace puede llegar a ser Presidente de su país, de otro modo, será un esclavo musulmán negro.
En el caso de México con Estados Unidos, tenemos una relación de dominación y sumisión que ha sido evidente en toda la historia de las relaciones entre ambos países, hace siglos la soberanía mexicana no tiene integridad ante los Estados Unidos, ni que decir de la actitud de sumisión de los gobiernos panístas, que van desde el “cenas y te vas” de Fox, al “intercambio de inteligencia para la guerra contra el narcotráfico” de Calderón, intercambio en el que ellos ponen la inteligencia y los mexicanos los muertos y las incomodidades de vivir en un país en guerra para que 30 millones de americanos reciban su dosis diaria de droga.
Pero por el color de su piel, más que un Emperador Romano, Barack Hussein puede equipararse a Piankhi que fue el primero de los llamados faraones negros, una sucesión de reyes nubios que reinaron en Egipto por casi tres cuartos de siglo, durante la dinastía 25 y que si bien hicieron económicamente algunas mejoras para Egipto, lo mejor se fue a Nubia, pero luego de caído ese Imperio, los egipcios se dedicaron a borrar todo vestigio de la existencia de estos muy poco conocidos reyes africanos, de estatuas, ornamentos, papiros, etc. Además, como tiene en espera a la perseverante e inteligente Hillary Clinton, ésta podría resultar una nueva Aminatore que en el año 50 de nuestra era fue otra faraona, originaria de Nubia.
En relación al color de la piel de Obama, dice Carlos Galilea (El país, 07marzo2009) “Tenemos a un emperador negro —o cuasi negro— pero nuestras sociedades continúan segregando y marginando Y sigue latente ese odio que se nutre de generalizaciones y prejuicios.” Cierto, basta viajar por Estados Unidos y todo empieza exactamente por la revisión en la frontera.
Se dice en diferentes medios que para el grueso de la población occidental, Obama representa una gran esperanza. Ven en él a la persona que puede cambiar la política internacional de los Estados Unidos, después del estilo belicoso e intervencionista de Bush. Las guerras cesarán y en los países invadidos, los militares norteamericanos regresarán a su patria, esperan.
Falsa esperanza, ya el Faraón o Emperador Obama anunció la invasión a Afganistán, la permanencia de la IV flota en Sudamérica, en fin, todos los medios y estrategias que ayuden a mantener el control mundial, sería ingenuo pensar que no lo haría así.
Para México, uno es el discurso y otro el oprobio de una barda que ya se construye en el lado americano enfrente de Matamoros y Reynosa para evitar el “peligro” de los indocumentados, el trato de los policías fronterizos americanos que sin juicio y basándose únicamente en su criterio te dan o te quitan un permiso, cosa que ni soñando harían con un americano que les pondría en la corte lo más rápidamente que pudiera.
Por cierto, para los norteamericanos, Hussein Obama representa salir de la crisis económica, más empleo, mayores ingresos y la recuperación del anterior nivel de vida. Un poco más de énfasis en lo social y algo que para ellos, es muy significativo: recobrar el respeto que las demás naciones deben tener a los Estados Unidos.
Esto último se ve muy difícil porque el comportamiento Imperial impide que se actúe de modo que los ciudadanos de países como México (sobre todo de los que sufren discriminación, explotación y malos tratos), Afganistán, Irán, Irak, Palestina, etc. Sientan algún respeto por los Estados Unidos ¿miedo? Eso sí.
Vino pues, Obama, a conocer el traspatio, le dieron la bienvenida con cierto recelo los mexicanos inteligentes, y como luego de la visita de todo emperador, celebramos que se haya ido con toda la fuerza de su Ejército que estaba pendiente para actuar de inmediato en su “backyard”.
Hasta la Próxima
Se puede leer mucho acerca de qué es un imperio y su resultante: El Imperialismo, término muy usado durante la guerra fría.
Un imperio (del latín imperium) es el poder de un Estado que domina los territorios de varias naciones, y a cuyo frente está el emperador. Por extensión, "imperio" puede referirse también a la etapa histórica donde un país realizó esta política imperial o bien a la potencia que ejerce el poder imperial. Se ha dado también por extensión el término Imperio a todo Estado que influye sobre la soberanía de otros Estados, no solo aprovechándose de ellos, en el sentido del colonialismo inglés, francés, holandés, etc., o designando sus gobiernos, sino conformándolos según su propia imagen. Así, se interpretaron durante la referida época de la “guerra fría” a los Estados Unidos y a la extinta Unión Soviética como imperios, a pesar de no conquistar físicamente territorios.
Una vez caída la URSS y la mayoría de los regímenes en los que ejercía su influencia, sólo queda el Imperio de los Estados Unidos de América, empeñado en llevar su filosofía, modo de vida, visión de democracia y justicia, a todos los rincones del orbe, y donde la cultura le es adversa por razones históricas, étnicas y de tradición propia del país en cuestión, simplemente lo “rescata” derrocando un gobierno electo democrática y legalmente como el caso de Panamá con Noriega que aún es su prisionero; o bien, cuando no es electo democráticamente según sus parámetros, invade el país y ejecuta a su gobernante como el caso de Irak y el tocayo del hoy presidente de los Estados Unidos Saddam Hussein.
Estudiando los casos de Europa y América, Briseño Guerrero, en 1981, sin proponérselo enunció que los Imperios: "separan lo universal abstracto de lo individual concreto con acento en lo universal abstracto"; en otras palabras pone al individuo en el centro… siempre y cuando se apegue a las abstracciones (leyes o normas de conducta políticas, jurídicas, religiosas, etc.) universales del Imperio o país dominante, si lo hace puede llegar a ser Presidente de su país, de otro modo, será un esclavo musulmán negro.
En el caso de México con Estados Unidos, tenemos una relación de dominación y sumisión que ha sido evidente en toda la historia de las relaciones entre ambos países, hace siglos la soberanía mexicana no tiene integridad ante los Estados Unidos, ni que decir de la actitud de sumisión de los gobiernos panístas, que van desde el “cenas y te vas” de Fox, al “intercambio de inteligencia para la guerra contra el narcotráfico” de Calderón, intercambio en el que ellos ponen la inteligencia y los mexicanos los muertos y las incomodidades de vivir en un país en guerra para que 30 millones de americanos reciban su dosis diaria de droga.
Pero por el color de su piel, más que un Emperador Romano, Barack Hussein puede equipararse a Piankhi que fue el primero de los llamados faraones negros, una sucesión de reyes nubios que reinaron en Egipto por casi tres cuartos de siglo, durante la dinastía 25 y que si bien hicieron económicamente algunas mejoras para Egipto, lo mejor se fue a Nubia, pero luego de caído ese Imperio, los egipcios se dedicaron a borrar todo vestigio de la existencia de estos muy poco conocidos reyes africanos, de estatuas, ornamentos, papiros, etc. Además, como tiene en espera a la perseverante e inteligente Hillary Clinton, ésta podría resultar una nueva Aminatore que en el año 50 de nuestra era fue otra faraona, originaria de Nubia.
En relación al color de la piel de Obama, dice Carlos Galilea (El país, 07marzo2009) “Tenemos a un emperador negro —o cuasi negro— pero nuestras sociedades continúan segregando y marginando Y sigue latente ese odio que se nutre de generalizaciones y prejuicios.” Cierto, basta viajar por Estados Unidos y todo empieza exactamente por la revisión en la frontera.
Se dice en diferentes medios que para el grueso de la población occidental, Obama representa una gran esperanza. Ven en él a la persona que puede cambiar la política internacional de los Estados Unidos, después del estilo belicoso e intervencionista de Bush. Las guerras cesarán y en los países invadidos, los militares norteamericanos regresarán a su patria, esperan.
Falsa esperanza, ya el Faraón o Emperador Obama anunció la invasión a Afganistán, la permanencia de la IV flota en Sudamérica, en fin, todos los medios y estrategias que ayuden a mantener el control mundial, sería ingenuo pensar que no lo haría así.
Para México, uno es el discurso y otro el oprobio de una barda que ya se construye en el lado americano enfrente de Matamoros y Reynosa para evitar el “peligro” de los indocumentados, el trato de los policías fronterizos americanos que sin juicio y basándose únicamente en su criterio te dan o te quitan un permiso, cosa que ni soñando harían con un americano que les pondría en la corte lo más rápidamente que pudiera.
Por cierto, para los norteamericanos, Hussein Obama representa salir de la crisis económica, más empleo, mayores ingresos y la recuperación del anterior nivel de vida. Un poco más de énfasis en lo social y algo que para ellos, es muy significativo: recobrar el respeto que las demás naciones deben tener a los Estados Unidos.
Esto último se ve muy difícil porque el comportamiento Imperial impide que se actúe de modo que los ciudadanos de países como México (sobre todo de los que sufren discriminación, explotación y malos tratos), Afganistán, Irán, Irak, Palestina, etc. Sientan algún respeto por los Estados Unidos ¿miedo? Eso sí.
Vino pues, Obama, a conocer el traspatio, le dieron la bienvenida con cierto recelo los mexicanos inteligentes, y como luego de la visita de todo emperador, celebramos que se haya ido con toda la fuerza de su Ejército que estaba pendiente para actuar de inmediato en su “backyard”.
Hasta la Próxima
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