jueves, 20 de noviembre de 2008

Así asesinaron a la Revolución

Por Mario Andrés Aquino López.

Después del triunfo de la Revolución y de una sucesión de gobiernos autoproclamados “Revolucionarios” llegó al poder Carlos Salinas de Gortari, a quien he llamado el primer Presidente panísta de la Historia de México, seguido de un clásico neoliberal como lo fue Zedillo, anunciando la ya inminente tragedia: Finalmente llegó al poder un ranchero ignorante: Vicente Fox, cumpliendo el sueño de los panístas de que tomara el poder alguien que ostentara su filiación.

Hoy gobierna México un oscuro y mediocre personaje, bajito de estatura moral e intelectual que instrumentó un nuevo impuesto, toleró que los fondos para el retiro fueran saqueados, que se vendieran islas mexicanas y que las empresas trataran como quisieran a los trabajadores, sin embargo, hay que decir en su abono, que no lo hizo solo, lo ayudaron los líderes obreros aceptando prácticamente inclinados las exigencias de los patrones y las disminuciones del salario que fueron impensables en la época de Fidel Velásquez y Agapito González Cavazos.

Sus allegados lograron que se aprobara la mal llamada “Reforma Energética” que en realidad se trata de una enajenación de la riqueza nacional disfrazada de contrato de usos múltiples, asociaciones o alianzas con empresas privadas, todo lo que le costó al pueblo pagar el petróleo se quedó con las empresas petroleras de hoy a quienes les ha sido vendido el hidrocarburo a precio de oferta, como Salinas vendió teléfonos y Zedillo entregó Ferrocarriles Mexicanos, empresa símbolo de la Revolución, a empresarios de Estados Unidos a cambio de un trabajo de alto nivel en la empresa Kansas City Southern de México propietaria actual de Ferrocarriles.

Los precios suben, los salarios bajan, el narco coquetea con quienes sufren pobreza, ya no tiene recursos el Estado porque todos los ha vendido y el producto de ellos no ha ido a las arcas públicas sino a las cuentas suizas de los enanos que están saqueando a México.

El otrora respetable y heroico ejército mexicano es hoy sólo un instrumento más para la tortura del pueblo, usando desde luego el pretexto de una lucha que le es ajena por mandato constitucional: La lucha contra el narcotráfico. Para colmo y de una vez por todas exterminar todo lo que queda del recuerdo de la Revolución, el pequeño hatajo de enanos que nos gobierna reunido en un cónclave, decidió que Macario Schettino tenía razón y la Revolución es un mito, “no es un hecho histórico, es una construcción cultural.

Es una interpretación interesada de los eventos ocurridos a la salida de Porfirio Díaz”.De ninguna manera se recuerda ni por encima a Ricardo Flores Magón, a Villa, Zapata, Obregón o Carranza, sólo la figura pequeña de Francisco I Madero cuya intención no era realizar una revolución profunda sólo quería la “no reelección” dado que el era un rico hacendado beneficiado por el sistema, excepto que él quería muy al estilo americano que hubiera elecciones libres donde el sufragio fuera efectivo y no hubiera reelección.

Los primeros que traicionaron esa ideología fueron los corruptos líderes sindicales que se eternizan en sus cargos, los legisladores ya buscan la reelección como en Estados Unidos y de vez en vez se alza la tentación de que repita el Presidente de la República.Ni la no reelección y menos el sufragio efectivo queda de la Revolución, por eso quizá lo que quieren es vivir en la realidad y como ya la asesinaron, enterrar o cremar lo que queda de ella.

¡Descanse en Paz la Revolución Mexicana!

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