Un día cualquiera en Matamoros, un compañero de trabajo circulaba por la avenida “Sendero Nacional” cuando fue interceptado por dos patrullas de la policía municipal, de ellas bajaron varios jóvenes uniformados como policías y le dijeron que su camioneta estaba reportada como robada.
Ante este señalamiento les mostró los papeles que llevaba y que acreditaban que era de su propiedad para enseguida marcar al celular del Secretario de Seguridad Pública pero esos individuos le preguntaron que a quien le marcaba y él les dijo. Le impidieron que llamara y le dijeron que lo iban a dejar ir como “una atención” pero que les tenía que dejar al menos trescientos pesos, a lo cual se negó mi compañero y luego de algunas negociaciones lo dejaron ir sin obtener un centavo. Padre de un Juez, mi compañero procedió a ir ante su hijo a decirle lo que había pasado, le dio los números de las patrullas y las características de los individuos que lo habían detenido, luego de una rápida investigación le dijo que esas patrullas estaban en el taller, que por lo tanto no eran policías los que lo interceptaron y las patrullas estaban “clonadas”. Ante el asombro de su padre, el Juez le aconsejó que olvidara el incidente y se diera de santos de que no le habían sembrado un arma. Mi amigo como usted y yo, aún se pregunta: ¿Qué no hay policías de verdad? ¿Qué hace el ejército que no ve a estos elementos y desarma a una corporación mientras quienes lo detuvieron iban muy bien armados? Como es público, algunas campañas politicas las pagan ciertos individuos que luego cobran la factura obligando a la autoridad a que mire para otro lado mientras ellos actúan como policías, clonados de manera tan perfecta que ni los verdaderos policías los reconocen.Esto me recordó a Ernesto Gómez Lira padre de la Senadora Amira Griselda Gómez Tueme quien alguna vez, como Presidente municipal, fue informado que se mezclaban en la “zona rosa” los ciudadanos comunes con personas de toda índole, desde vendedores de droga hasta prostitutas. Ante tal desaguisado Don Ernesto dijo: “Ya se me revolvió el ganado”, pues sí, parece que a Erick se le revolvieron “las preñadas con las paridas” (como dicen los rancheros) y se le fue de las manos el control político, el sistema de seguridad y está en riesgo su autoridad, porque el control político y de los cuerpos municipales de seguridad ya no lo tiene la autoridad legítimamente constituida.Que pena que se le “haya revuelto el ganado” a Erick Silva, a propósito ¿también de esto informará?
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